Ilustración de Giselfust para la Navidad 2023 de VSM

A un paso de las tan esperadas fiestas de Navidad, hemos podido disfrutar de la presencia de la encantadora ilustradora Gisela Navarro, conocida artísticamente como Giselfust, en Vip Style Magazine. Para dar la bienvenida a la Navidad y a esta época del año tan especial, Gisela nos ha deleitado con esta maravillosa ilustración a la que ha titulado El abrazo. Tal y como afirma la ilustradora, vienen días que consideramos familiares, festivos, calentitos y caseros, pero las fiestas navideñas también tienen muchas aristas. En las casas donde faltan miembros, se viven mal, en las casas con niños y niñas pequeños se viven más alegres y luego están las conversaciones familiares con cava de por medio… Pero lo precioso de todo eso es, precisamente, querer pasar esos días con los tuyos, familia o amigos, y Gisela ha querido representar ese deseo mediante la acción que más le gusta: el abrazo.

La ilustradora también ha querido destacar la diversidad de abrazos: los que se dan de frente, cuando abrazas a alguien por detrás, como protegiéndolo, cuando abrazas con complicidad, cuando abrazas obligada o sin tocarte mucho, cuando abrazas al aire, queriendo abrazar a alguien que no está… Y ha hecho una composición precisamente de todo eso. Para ello, ha elegido una paleta un poco empolvada y ligeramente navideña y lo ha enlazado todo con una tira de luces, que le recuerda al hilo rojo invisible: ese hilo que los japoneses dicen que existe y que une a las personas. El resultado es esta ilustración preciosa con la que Gisela desea que la gente se pueda abrazar mucho estos días.

En su paso por la revista, también pudimos charlar un poco con una entrañable Gisela sobre su trabajo y su trayectoria en una conversación de lo más tierna y enriquecedora. Además, nos contó anécdotas y pudimos ver algunos de sus trabajos de primera mano. Desde luego, nuestro encuentro fue todo un regalo y esperamos que vosotros también disfrutéis viéndolo y leyéndolo.

Te licenciaste en Bellas artes, por lo que entiendo que siempre tuviste claro que te querías dedicar a la ilustración. ¿Cómo fueron tus inicios?

Mis inicios fueron al nacer, mi madre dibuja muy bien y, de hecho, mi padre también. Pero ella era la que empezó a jugar conmigo dibujando. Así que con la edad de poder sostener un lápiz ya dibujábamos pececitos y desarrollé rápido el interés por dibujar y pintar. Muchas veces explico algo que he aprendido después de estudiar mucho y de comprender cómo se desarrollan este tipo de capacidades: los niños y las niñas dibujan mucho, hasta que llega un día o un momento en el que dejan de dibujar. Dejan de hacerlo porque su mente desarrolla la parte de la perspectiva y se dan cuenta de que lo que ellos dibujan y la realidad no son lo mismo. Por eso, cuando llega ese momento, la mayoría dejan de dibujar. Pero hay gente que desarrolla esa parte del cerebro a la vez que desarrolla la mano, por lo tanto no tiene ese salto, sino que sigue dibujando y sigue reconociendo lo que ve. Eso es lo que me pasó a mí, que nunca dejé de dibujar.

Desde que era pequeña, no recuerdo temporadas en toda mi vida sin dibujar. Fue hace unos 10 años cuando decidí retomar la ilustración y me matriculé en un postgrado de ilustración creativa en Eina para poder estructurar bien las ideas y la metodología de la profesión. Desde entonces me dedico en especial al mercado editorial.

¿Qué fue lo que te hizo hacer el clic para volver a la ilustración hace 10 años?

Yo siempre había dibujado, lo que pasa es que la ilustración, como cualquier otra disciplina artística, tiene ciclos en los que está en buena salud y y otros en lo que está en mala salud. Yo me licencié en Bellas Artes en el año 2000 y en ese momento la ilustración no gozaba de muy buena salud, no había trabajo para la ilustración. Estaba mucho más de moda la fotografía y fue cuando hubo el auge de todos los sistemas digitales, por eso me especialicé en imagen dentro de la carrera, hui un poco de dibujar y decidí explorar otras fórmulas como la realización documental, la fotografía y el cine. Pero, años después, el cuerpo te va llevando a lo que en realidad te gusta y yo continuaba dibujando hasta que al final pensé: no voy a nadar más contracorriente de mí misma porque a mí lo que me gusta es dibujar. Así que empecé a dibujar y rápidamente tuve la fortuna de tener encargos.

Ahora ya llevas más de 20 títulos y portadas publicados, ¿cómo ha evolucionado tu estilo a lo largo de los años?

De manera inconsciente tu mano guiada por tu cabeza va creando tu estilo. ¡El secreto es dibujar mucho! Pero sí que he evolucionado, sobre todo en el proceso de creación, de composición y de la paleta de colores. A veces intento explorar otros lenguajes pero acabo creando en el lenguaje que me siento más cómoda.

Imagino que debe haber diferencias en el proceso creativo a la hora de ilustrar clásicos respecto a libros de autores actuales. ¿Con cuáles te gusta más trabajar y por qué?

Es muy diferente, claro. Cuando ilustras un libro de un autor o autora vivo y puedes compartir el proceso creativo, a veces se da una magia que convierte el libro en especial (no siempre es así… jejeje). Cuando ilustro un clásico, intento transportarme a la época y hablar en mi pensamiento con el autor para entender qué quiso decir con algún capítulo, qué estaría pensando o qué nos quiso decir.

¿Qué es lo que más te llena o aporta de ilustrar libros?

Me aporta muchas cosas. Evidentemente, mi proceso personal me reconforta mucho. Dibujar para mí es entrar en mi interior, refugiarme en mis pensamientos y relajarme. Pero, sin duda, me emociona el feedback con el público. Es precioso que te digan que tu trabajo les gusta, o que se han comprado un libro por tus ilustraciones. Es emocionante ir a las firmas de Sant Jordi o de la feria del libro en Madrid y que cientos de personas quieran una firma tuya y te abracen y te digan cosas bonitas.

Uno de tus últimos trabajos ha sido el libro “¡Hemos ganado!” para el gobierno de La Rioja, en el que se habla de la corresponsabilidad en las tareas del hogar. Cuéntanos cómo ha sido este proyecto.

Es un proyecto muy interesante porque, sobre todo, nace a raíz de mi colaboración con la escritora Camino García, a quien conocí cuando la editorial Penguin nos llamó para hacer el libro “Peter”, el cual ella escribió y yo ilustré. Camino es psicóloga y es experta en cómo explicarles a los niños cosas complicadas. A raíz de ese libro trazamos bastante amistad, después hicimos otro libro juntas y este ha sido el tercero. “¡Hemos ganado!” es un libro infantil para explicar a los pequeños de casa que las tareas del hogar hay que compartirlas, tanto las buenas como las malas.

¿De entre todos los proyectos que has llevado a cabo hasta ahora, hay alguno al que le tengas un cariño especial? ¿Por qué?

Tengo varios, pero sí, lo explico siempre pero es que realmente fue impactante para mí: en plena pandemia, y me refiero a los primeros días, yo estaba ilustrando «Alicia en el país de las maravillas» y «Alicia a través del espejo». En las primeras semanas de confinamiento, en mi familia murieron dos personas de COVID-19, uno era mi suegro, al que adoraba. Como era imposible ir al hospital o hacer una despedida en esos días, en casa la situación era muy dolorosa. Alicia me permitió meterme dentro de mí misma, como en el refugio de pensar solamente en crear una imagen bonita, divertida, creativa… y creo sinceramente que me salvó esos días. Con ese mismo libro de Alma, fui finalista en el premio Junceda.

Pero no puedo dejar de agradecer también a «Mujercitas« y a la saga de «Ana de las tejas verdes», que me han permitido conocer a gente maravillosa de muchos países. O al álbum ilustrado «Los Objetos olvidados» de Norma editorial, que me parece un homenaje precioso al pasado.

Quiero también poner entre mis preferidos para el resto de mi vida, el libro que ilustré de Itziar Castro, del que más adelante hablaremos. Por último, no puedo dejar de mencionar «Peter«, el libro que ilustré de la escritora Camino García y la editorial Penguin, como he mencionado antes, que hablaba de la enfermedad de un ser querido. Fue precioso conocer a Camino, con la que he seguido ilustrando libros.

Hace unos meses, tu ilustración fue la más votada en la exposición “Ilustrando Barcelona” de The Barcelonian, háblanos un poco sobre el proceso y lo que supuso para ti ser la ganadora.

Pues The Barcelonian es un proyecto que adoro desde la primera portada que hice. Lluisa, su creadora, es un encanto, es totalmente maravilla poder crear una portada con la absoluta libertad, como si fuera un trabajo personal, sin restricciones. Desde la primera portada ya hicimos exposiciones y una maravilla de libro que tuvieron mucho éxito. Pero cuando Casa Seat seleccionó a los 30 ilustradores e ilustradoras para la expo, lo viví como un regalo.

Yo intenté plasmar en mi composición el futuro de la ciudad, una movilidad sostenible, inteligente y sobre todo respetuosa, un trasporte público que llegue a todos sitios y un futuro esperanzador. Como dibujábamos en una gran magnitud, era un reto. Las cosas no se ven igual cuando las imprimen en gigante. Ganar fue ya un regalo absoluto que viví emocionada total. El equipo de Casa Seat apuesta mucho por la cultura y eso para mí es un doble premio, así que me siento totalmente afortunada.

¿Dónde encuentras inspiración para tus ilustraciones personales?

En los sentimientos míos y los que me vinculan a las personas. Muchas veces en los sentimientos malos, yo dibujo mucho sobre la ansiedad, que sufro muchas veces. También suelo dibujar siempre trasladando el peso emocional de una emoción mala a una buena. Es como mi propio modo de pensar. Positivar las cosas para transitar por la vida un poco mejor.

Evidentemente la mujer es protagonista en mi trabajo más personal, por la simple razón que necesito aportar al mundo otra manera de vernos. Soy feminista y creo en la deuda histórica que tenemos todas y todos.

¿Quiénes son tus mayores referentes en la ilustración?

Yo tengo unos preferidos km0 que siempre “reviso” para aprender: David de las Heras, Sonia Pulido, Daniel Torrent, Carmen García Huerta, David Álvarez, Roger Olmos, Elena Odriozola entre muchos otros, y otros un poco más lejanos como Mónica Barengo, Rebeca Dautremer, Redmer Hoekstra, Sofía Bonati o Natalie Foss.

Evidentemente, los clásicos siempre son y serán una inspiración para mí. Las referencias de mujeres artistas que busco, investigo y aprendo continuamente. No puedo dejar de mencionar a Maruja Mallo, a la que adoro y estoy acercándome a ella a través de ilustrar su biografía.

Lamentablemente, Itziar Castro nos ha dejado antes de tiempo, pero tú tuviste la suerte de ilustrar su libro “Con el corazón por delante” con un resultado precioso. ¿Cómo fue trabajar con ella?

Pues todavía no creo que hoy estamos despidiéndola  por su repentina muerte. Era mi amiga y un ser mágico. Me eligió para ilustrar su poseía. El proceso del libro «Con el corazón por delante», de Planeta, fue una maravilla y un honor. Pasamos momentos geniales y también de estrés, ella tenía claro cómo quería que su libro la representara y fue tan bondadosa conmigo que le agradeceré toda la eternidad haber trabajado juntas.

Hay poesías que ilustré, pero en el libro también hay poesías que ella escribió a partir de una ilustración mía. Nos complementábamos muy bien y pude disfrutar de firmar con ella en varios sitios, presentar el libro o participar de su maravilla de espectáculo cuando cantó sus poesías mientras proyectábamos mi trabajo. No puedo creer que ya no esté. El mundo será un poco peor sin ella, de eso no tengo duda.

¿Erais amigas antes de trabajar juntas o a raíz de ello?

En realidad a raíz de trabajar juntas pero no con el libro “Con el corazón por delante”, sino de antes. Al principio nos conocimos por las redes y rápidamente quedamos para hablar. La primera vez que me llamó, me dijo que había visto un par de ilustraciones mías que le habían encantado y que había hecho una poesía de ellas. Entonces me invitó a un evento en Sant Jordi con actrices catalanas para leer poesías y compartir las ilustraciones y a partir de ahí nos hicimos amigas.

Luego vino la pandemia y a ella le gustaba mucho escribir poesía y lo hacía muy bien, bajo mi humilde punto de vista, así que la editorial Planeta la contactó para hacer un libro de sus poesías. Itziar me llamó para pedirme que yo ilustrara su libro porque, como ella decía, empezamos juntas en esto. Para mí fue todo un honor y un placer.  

¿Tienes algún proyecto futuro entre manos que nos puedas contar?

Tengo varios, aunque hay algunos de los que no puedo hablar por contrato. Pero tengo uno que es sobre un tema con el que llevo tres años obsesionada con hacer y creo que acabará siendo realidad dentro de poco. Trata sobre Maruja Mallo, una pintora de la historia del arte español que formaba parte de la Generación del 27 y de las Sinsombrero. En la Generación del 27, prácticamente la mayoría eran literatos, poetas y pintores, pero toda esa corriente se rompe por la dictadura, de hecho la mayoría han de huir y a algunos los asesinan, como a Lorca. Muchos pasaron a la posteridad como grandes autores, pero las chicas que componían ese grupo no, de hecho casi nadie las conoce, más allá de la gente experta. En el gran público, conozcas más su obra o no, todo el mundo sabe quién es Dalí, Lorca, Alberti o Buñuel, pero nadie sabe quiénes son ellas. En concreto hay una, que es Maruja Mallo, que es una pintora de la talla de Dalí, a nivel de creatividad y de influencias, con unos contactos increíbles, amigos como Dalí, Lorca, Alberti, Neruda o Andy Warholl y una vida apasionante. Si tú lees su vida, te preguntas por qué no sabes quién es hoy. A mí me removió mucho porque yo soy licenciada en Bellas Artes, donde se estudian muchísimos autores, pero pocas autoras, y a ella no la nombraron en toda la carrera. Cuando yo la conocí a partir de movimientos feministas o todo el tema de las Sinsombrero, pensé “¿cómo puede ser? El gran público necesita conocer a Maruja Mallo”, como a otras, pero para mí ella era muy especial. Por eso, decidí ilustrar su biografía y llevo tiempo haciendo un trabajo de investigación bastante importante.

¿Cuál dirías que es el mayor aprendizaje que te ha aportado el mundo de la ilustración?

La paciencia. Poder superarme a mí misma constantemente. Aprender cada día y, oye, lo peor… Asumir que hay partes de los procesos que nada tienen que ver con la creatividad pero son necesarios. Me refiero a las artes finales, la técnica de pre-impresión, guardar los tipos de color para que luego el resultado sea bueno… todos los procesos técnicos que odio.

Anterior
Anterior

Entrevista a Georgina Escoda

Siguiente
Siguiente

Entrevistamos a Patry Jordán